La pandemia golpeó fuerte al mundo entero y sigue golpeando a nuestro país. Ha sido duro para todos y la hemos pasado bastante mal en diversos ámbitos de nuestras vidas. El trabajo, la educación, la salud, la vivienda y por qué no decirlo, el fútbol, un mundo que también ha sufrido las dificultades del presente.
La ida y venida del fútbol depende principalmente de las políticas públicas de cada gobierno, y es así como hemos visto la vuelta de la Bundesliga y la Liga NOS, para tener pronto la Premier League o La Liga durante el mes de junio. La normalidad en su justa medida, en un contexto totalmente atípico para las federaciones, clubes, jugadores y trabajadores del fútbol.
El botín
Al imaginar la vuelta, nos encontramos con estadios vacíos, jugadores cumpliendo la distancia social, publicidad en exceso en cada espacio vacío, mascarillas en los bancos y tal vez, uno que otro hincha de cartón. Sin embargo, antes de entrar, veremos camiones gigantes con tecnología de primer nivel, porque se abre el negociado del fútbol y la televisión sacará jugosas cuentas. La pandemia le abrirá de par en par las puertas al fútbol televisado, porque el hincha de alguna u otra forma, tendrá que estar presente en la cancha.
La cancha
Luego, tenemos a los jugadores, varios con una carga emocional importante y probablemente con cierto desgaste físico por los cambios de rutina y entrenamientos. ¿Cuánto tiempo tomará una preparación óptima para volver al fútbol? No lo sabemos con certeza, pero sí comprendemos que el fútbol demorará en volver a ser lo que fue antes de la pandemia y costará bastante terminar el torneo nacional.
Los gritos
El partido comienza y se escuchan los gritos de la señora que está tendiendo la ropa y los ladridos de los perros en la casa de la esquina; pero dentro del estadio, el golpeo del balón suena más fuerte que cualquier otra cosa. El público está en la casa, la hinchada no canta porque hay que cuidarse.
Algo así será el fútbol cuando el chaparrón amaine y poco a poco tenga que volver la normalidad, porque tal como dijo Valdano hace unos días, “no se volverá a competir por capricho de los futbolistas, sino porque es necesario mover la máquina de producir dinero”.
Una máquina de producir dinero que en Chile se ve bastante estancada y con un futuro algo oscuro, pero que tarde o temprano volverá a funcionar y que en el trabajo de recomposición se llevará a muchos trabajadores, futbolistas y clubes al precipicio. Es por eso que es necesaria una evaluación del impacto económico de la pandemia, con profesionalismo y madurez financiera, tanto en la federación como también en los clubes de las distintas divisiones del fútbol nacional. Y en ese contexto es cuando hago la siguiente pregunta: ¿quiénes serán los principales gestores de levantar y resucitar el malogrado fútbol nacional? La respuesta es clara.
El arraigo
Así es como llegamos a Valparaíso, una región que según las últimas cifras entregadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE), se ubica en la segunda posición a nivel nacional en tasa de desocupación con un 10,7% en el trimestre móvil febrero-abril 2020 (2,2 puntos porcentuales más que el mismo período del año anterior), con un total de 63.232 personas con pérdida de su fuente laboral, ¿cuántos de ellos son hinchas de Wanderers?
Para levantar el fútbol se necesita a los hinchas, cosa que sabe muy bien Miguel Ramírez, que en una de sus últimas ruedas de prensa declaró que para otros clubes será difícil sobrevivir, pero que en nuestro caso, existe un arraigo y tenemos una gran hinchada que constantemente está apoyando, lo que puede considerar un ingreso importante. Interesante mirada, a pesar que no condice con el proyecto deportivo de la Sociedad Anónima que administra el club.
Pasará mucho tiempo entre el primer silbatazo en estadio vacío y el primer boleto en venta, habrá trabajo psicológico, estudios y estrategias de marketing, entrenamientos intensivos para lograr un estado físico óptimo y los maletines de los dirigentes estarán llenos de plata; pero nada tendrá sentido si el hincha no está.
Al hincha habrá que encantarlo y todos tendrán que poner de su parte, sin olvidar que Santiago Wanderers es un club especial, con arraigo intrínsecamente popular.
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