Hay cosas que en el fútbol se ven muy pocas veces, la rivalidad natural y propia de este amado deporte causa la difuminación de algunos aspectos que en otras ocasiones aflora sin mayores problemas, como jugadores anotándole a un club al que pertenecieron y gritándolo con el alma, otros haciéndose expulsar en un partido incontrolable, etcétera. Pero hay otros casos en que el sentimiento puede más que la razón y el profesionalismo, como fue el caso de Ezequiel Luna en el partido versus Palestino. Ezequiel, querido por la hinchada y respetado por sus compañeros, no ha olvidado lo que fue Wanderers para él, y en un acto similar al de Puyol con Ronaldhino en un partido entre el Barcelona y el AC Milán, donde el catalán invitaba al brasileño a posar en la foto de rigor antes del inicio del duelo, Gabriel Castellón invito al defensa a posar junto a ellos. Esa foto te daba para pensar y decir ¿por qué ese querido jugador no está con la camiseta verde en vez de la tricolor? La respuesta todo la sabemos y no nos explayaremos en buscar culpables de aquello, al menos no en esta columna.
Tal vez muy pocos lo saben pero, tal como lo explica en una entrevista realizada por nuestro sitio hace un tiempo, la llegada de Ezequiel Luna a Wanderers el 2013 iba a ser por unos meses. Luna llego a Wanderers en reemplazo de Agustín Parra que sufría una lesión. Y otra cosa, Ezequiel Luna antes de llegar a Wanderers iba a firmar con Everton, pero este último rechazo al jugador. El defensor que iba a jugar solo por 6 meses, a base de buen juego y entrega se ganó la titularidad y el corazón de los hinchas porteños, a tal punto que muchos lamentamos verlo jugar por Palestino con toda esa entrega que le caracteriza.
Es que Luna pasó muchos momentos con Wanderers que lo hicieron estrechar muchos lazos con este equipo y ciudad, tan desiguales que no se da en ningún otro lugar, pasar de una campaña en la que se luchó el descenso a otra en la cual por un miserable penal no somos campeones, marca. Pasar un equipo con una economía estable a una crisis financiera letal provocando que te pacten en cuotas tu sueldo, también marca. Relacionarse con una ciudad que vivía normalmente y que un incendio cambie todo, sin duda marca. Todas estas situaciones provocaron que el misionero sea un hijo de Wanderers.
Tal vez no nació en Wanderers, tal vez no ha jugado gran parte de su carrera en Wanderers, tal vez no sea chileno pero Ezequiel Luna es un hijo de Wanderers, un hijo adoptivo pero que se quiere con el alma. Si la vida nos permite reencontrarnos con este jugador, sin duda estaremos ante un futuro ídolo de Wanderers. Un hombre al que todos apodamos “El Misionero”.
Comenta con Facebook