Oriundo de la Comuna de Peñaflor, en Santiago de Chile, Leonardo Felipe Valencia Rossel es uno de los cuatro refuerzos de Santiago Wanderers de Valparaíso de cara al 2014, el joven mediocampista empezó de la mejor manera su carrera en el equipo porteño marcando dos goles en su primer partido, ganándose de esta manera los aplausos de la hinchada caturra, ésta es parte de su historia y de lo que quiere lograr en Wanderers.
Los inicios de Valencia en el fútbol se remontan a su más tierna infancia, cuando a los 4 años ya formaba parte del Club Deportivo Torino de su comuna natal. A los 14 años y durante su paso por la Selección de Peñaflor, es incitado por un amigo para probarse en el Club de Deportes Melipilla, así comienza su carrera profesional, que a los 16 años se vería marcada por su debut en el primer equipo de los potros. Luego de sus buenas actuaciones, es llamado a las series menores de la Selección Chilena, ese es su primer encuentro con el técnico Hugo Vilches, quien sería uno de los que marcaría la carrera del joven mediocampista ofensivo.
Si bien las instalaciones e infraestructura en Deportes Melipilla no eran las mejores, Leonardo supo ingeniárselas para sobreponerse a la adversidad y seguir adelante, es ahí donde nace el interés de Universidad de Chile, pero por algunos problemas no logra formar parte del plantel de honor del cuadro laico, el diez caturro no bajó los brazos y siguió adelante en su escalada en el fútbol profesional. Luego llega a Unión la Calera, club en el que compartiría con su actual compañero Gastón Cellerino. Ambos estuvieron presentes en el último partido en el Elías Figueroa Brander antes de entrar a su reconstrucción. Leo no olvida esto y se muestra ansioso por volver a jugar en Playa Ancha: «será lindo estar ahí, en el estadio nuevo y en Valparaíso, algo especial, jugar con estadio lleno o sobre las 8 mil personas es diferente a jugar en un lugar que no es tuyo».
Posterior a su paso por el cuadro cementero llega a Palestino, donde se mantendría por un año, para luego llegar a préstamo al Decano, en donde ya había tenido algunos acercamientos en años anteriores.
Los pilares fundamentales en su vida y carrera futbolística, afirma Valencia, son su madre, María Rossel, su hijo Leito Jr. y sus hermanos mayores Miguel y Fabían Valencia, a quienes trae tatuados en su antebrazo.
El 10 caturro manifiesta abiertamente su admiración por uno salido de la cantera verde; David Pizarro, «lo considero extraordinario, me gustaría ser la mitad de lo que ha sido él, con eso me quedo pagado«, afirmando también que sería un sueño compartir cancha con el fantasista.
El volante capitalino se define como confiado en su técnica, hábil, encarador y tiene sus objetivos claros «en lo grupal lo primero es pelear cosas importantes arriba, la liguilla o alguna copa internacional y en lo personal hacerme un nombre en Santiago Wanderers, dejar una marca, un buen recuerdo acá, ratificar la confianza de la gente que me trajo y en cada partido jugarme la vida, ganarme a la gente en la cancha«. A pesar de llevar muy poco tiempo en el club, ya siente cariño por éste: «la gente, la institución y mis compañeros me han tratado muy bien, me he sentido muy bien acogido y eso te marca (…) Wanderers es el Club más grande de la Quinta Región, no solo como institución y por su infraestructura sino también por su gran hinchada«.
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