Santiago Wanderers consiguió su segundo triunfo en el presente torneo luego de siete partidos sin sumar de a tres y mostrando un juego paupérrimo. Si bien frente a Unión La Calera no fue una gran exhibición de fútbol se mejoró en cuanto a generación de fútbol, profundidad y llegadas al arco contrario.
En la previa había decepción luego de la inapelable derrota frente a Iquique, el Decano terminaba hundido en la tabla de posiciones sin mostrar idea alguna de juego, haciendo surgir la evidente pregunta ¿Qué se hace en los entrenamientos de la semana?
Entre fiestas patrias y el clima de derrota poco se supo de los cambios sino hasta llegado el día del partido. Basay apostaba por un 4-3-3 con Viana; Schultz, Prieto, Abarca, Opazo; Méndez, Ormeño, Sagredo; López, Donoso y Pol.
Los bajos rendimientos de Torres y Castillo los condenaron a la banca de suplentes y se buscaba en Sagredo una alternativa para la creación, pese a no haber funcionado como volante por izquierda ya no quedaba más que hacer y el técnico decidió darle la responsabilidad de comandar el ataque porteño.
Sin embargo esto conllevó a un importante cambio táctico que solo se pudo percibir comenzado el partido, Sebastíán Méndez quedaba como único volante de recuperación y Jorge Ormeño se adelantaba unos metros en la cancha, cargado por el sector derecho para colaborar en la generación de juego. El capitán se había visto bajo en los últimos partido (juega lesionado) por lo tanto se tomó la acertada decisión de relevarlo en parte de su función recuperadora en la mitad de la cancha.
Un primer tiempo bastante flojo que terminó empatado a uno gracias a errores de ambos equipos más que méritos de los atacantes, el equipo calerano ofrecía un pobre juego y el Decano sin brillar a ratos lograba llegar al arco contrario, Ormeño era más protagonista buscando a sus compañeros en ataque mediante pelotazos a la espalda de los defensas y Sagredo pese a desaparecer a ratos y ser un nulo aporte a la hora de presionar lograba darle profundidad al ataque caturro, ya sea encarando o juntándose con Pol y Opazo por la banda izquierda.
El segundo tiempo fue distinto y después de mucho tiempo el hincha wanderino pudo ver a su equipo jugar fútbol asociado.
Factor determinante en la mejoría fue el penal tempranero que permitió al Decano ponerse arriba en el marcador, obligando al local a salir a buscar el partido, dejando espacios en el fondo que fueron muy bien aprovechados por Pol, Donoso y Sagredo principalmente. Se sucedían las llegadas por las bandas, las cuales tenían su origen en pelotazos cruzados de Ormeño y a veces Méndez, para que los rápidos delanteros picaran a las espaldas de los defensores caleranos.
Pol pese a no anotar demuestra ser un jugador de excepción, un paso más arriba que la media de los delanteros del fútbol chileno, hoy fue mejor alimentado y también colaboró con una tremenda habilitación a Donoso quien pese a todo lo malo que ha sido el semestre de Santiago Wanderers se encarama en los primeros lugares de la tabla de goleadores.
Importante el alza en el nivel de Ormeño y Méndez dándole crédito al cambio táctico de Basay, el capitán confirma que se ve mejor como habilitador en lugar de recuperador, los años no pasan en vano y le cuesta cumplir con la doble función, por su parte el villalemanino demuestra que además de verse más cómodo como único volante central (no choca con sus compañeros) puede cumplir esta función a cabalidad gracias a su capacidad física.
Sagredo no es el conductor que «se echa el equipo al hombro» pero es quien a mostrado mejor rendimiento en esa función, un puesto que debió ser reforzado, no se hizo y ahora se debe improvisar.
No fue un gran partido, no se venció a un gran rival, pero se ganó, se mejoró y se recupera la confianza de cara al Clásico Porteño, esperemos que esta vez al técnico no se le pase por la mente decir que «es un partido más».
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