Desde las 10:00 horas comenzaron a reunirse los wanderinos en la Plaza Victoria. Barristas, niños, adultos, mujeres, adultos mayores, todos unidos por el color verde y un malestar que hace mucho se encuentra presente entre los hinchas pero que no se habían logrado organizar instancias para manifestarlo.

01El día de hoy la consigna era clara, Wanderers es de su gente, respondiendo a aquellos empresarios que administran el club y hacen y deshacen a su antojo desde oficinas en el barrio alto de la capital. Si bien parte del descontento tiene que ver con la realidad deportiva del club y las promesas incumplidas desde su llegada al club, el motivo de la movilización apuntaba a la relación que ellos han tenido con el pueblo wanderino, producto de su total desconocimiento de que significa Santiago Wanderers para hincha.

Entre cánticos de la barra los Panzers y consignas contra la Sociedad Anónima la columna de gente avanzó por Pedro Montt hacia el Parque Italia, donde se formó una insignia gigante humana con los asistentes, para luego finalizar en la Plaza del Pueblo Salvador Allende. En dicho lugar tomaron la palabra reconocidos hinchas del Decano quienes alentaron a los asistentes a seguir organizándose y manifestándose ya que esto es recién el comienzo y solo los mismos wanderinos pueden y deben recuperar su club.

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Importante fue la presencia en la marcha de la Corporación mediante cinco de sus directores, dando cuenta de un cambio en dicha institución la cual ahora se muestra de cara a sus socios, socias e hinchas, como legítima representante de sus intereses. En dicho tenor fueron las palabras del Presidente Mario Oyer, quien alentó a los wanderinos a sumarse a la Corporación y a construir desde ahí una oposición fuerte para hacer frente a aquellos contra quienes hoy nos manifestamos.

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Fue una grata y emotiva jornada, en la cual el hincha wanderino advierte a sus dirigentes que no están dormidos y este descontento no se calma con un par de refuerzos de renombre. Hoy la pelea es por un tema de fondo que trasciende la gestión deportiva, y apunta a la recuperación del club por parte de sus legítimos dueños, los wanderinos.