Luego de 15 meses lejos de Valparaíso los hinchas volvieron a reencontrarse con su casa, esta vez renovada con una infraestructura espectacular. Sin embargo aun persisten problemas de organización del viejo estadio. De la parte futbolística mejor ni hablar.
Ansiedad era el sentimiento predominante en los hinchas caturros, quienes agotaron todas las entradas puestas a disposición para la inauguración del estadio, el tiempo lejos de Playa Ancha era demasiado para el hincha que está acostumbrado a ir al estadio. También debemos sumar la expectativa que generaba el nuevo estadio, el cambio que se podía apreciar era notable, para la mayoría era emocionante entrar a un recinto de primer nivel internacional luego de pasar tantos años en un estadio obsoleto hacía tiempo.
Una imagen vale más que mil palabras por lo tanto hablar de lo espectacular del estadio parece innecesario, es cosa de ver las fotos o de recordar el partido de ayer para darse cuenta el lujo de recinto en el cual ahora Santiago Wanderers hará de local. Lo más notable es la cercanía e inclinación de las galerías que permiten ahora si una visión perfecta del partido desde cualquier punto del estadio y la iluminación artificial que es infinitamente superior a los viejos focos que dejaban zonas en penumbra.
Para recordar quedará el S-A-N del hijo de Osvaldo Soudre vestido de loro en medio de la cancha, como se acostumbraba en los viejos tiempos, también la entonación del himno de nuestro club, dos momentos que trajeron a la memoria recuerdos de jornadas en el antiguo estadio con ese mismo grito y ese mismo himno, los cuales nos han acompañado toda la vida.
Pero no todo podía ser bueno y hay problemas del antiguo estadio que se niegan a morir. Inconcebible es que solo haya un acceso para tribuna Andes, para aproximadamente 8 mil personas. De poco sirve tener 6 puertas en la tribuna si es que se antepone una barrera (reja perimetral) con apenas una puerta, lo que genera aglomeraciones tanto para el ingreso como para la salida de los hinchas.
Por otra parte resulta vergonzoso que los baños no contaran con agua, se dice que fue debido a que una persona cortó una llave de paso. Pese a que esta haya sido la causa ¿Cómo se puede permitir que ocurra algo así? Es tan básico como que se apaguen las luces porque alguien desenchufa el cable, a revisar la seguridad del estadio.
Por otro lado el marcador se ve muy pequeño para un escenario tan imponente, si es que no se puede cambiar (lo más probable) se debería trabajar para elaborar gráficas que faciliten la visibilidad de quienes están más alejados de este. De la prepotente y descriteriada actitud de carabineros no vale la pena hablar, es la misma que han tenido toda la vida y no cambia con un estadio nuevo.
Tampoco vale la pena hablar del rendimiento futbolístico del Decano, sería repetir lo mismo que venimos diciendo de hace más de un año con Ivo Basay en la banca.
Lo de ayer fue una fiesta, para recordar toda la vida y emocionarse, sentirse privilegiados por haber vivido la inauguración de nuestra nueva casa. Los problemas mencionados son solucionables con una mejor gestión y toma de decisiones.
El estadio estuvo lleno, esperemos que quienes disfrutaron de esta fiesta vuelvan para todos los partidos que juega el Decano, tenemos un recinto espectacular y hay que llenarlo.
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