El volante de contención nos cuenta sobre su carrera en el fútbol, su experiencia en el Decano y cuál es el objetivo vistiendo la camiseta verde.
Pablo Andrés Tamburrini Bravo no difiere mucho de cualquier chico universitario que camina por las calles de Valparaíso con extrema humildad y respeto, no le gusta llamar la atención y pasa desapercibido en las calles del puerto hasta que un par de niños que están en medio de una pichanga en la Plaza del Descanso (o De los Corazones, como se prefiera) lo miran y saludan, invitándolo a jugar.
Minutos más tarde el Tambu, como es conocido por sus compañeros en el fútbol, comparte con los jóvenes, juega un rato con ellos, se toma fotos y firma autógrafos a varios colegiales que lo rodean, lo que forma parte de esta locura por el Decano luego de la gran campaña encabezada por el cuerpo técnico de Emiliano Astorga. Después de un rato nos cuenta que cuando Astorga le presentó la oportunidad de venir a Wanderers no dudó en venir, a pesar de que estuvo a un tris de llegar desde Palestino a San Luis de Quillota. «Fue muy rara mi llegada a Wanderers, el técnico que llegó a Palestino, sin conocerme, me apartó del grupo con cinco compañeros más y supuse lógicamente que no nos quería. Ahí se me abrieron las puertas de tres clubes (…) un día miércoles hablé con< los dirigentes de San Luis y el mismo día el profesor Emiliano me llamó porque Sebastián Méndez se había lesionado y necesitaba a alguien. El día viernes me llamó para confirmar que todo estaba listo y el lunes me presentó en Mantagua».
A pesar de conocer poco del club, el volante de contención se ha sentido muy cómodo en el plantel verde, afirmando que hay un gran grupo y que se adaptó rápido a ellos y al juego que quería tener el DT de los porteños. Respecto a la pelea en la parte alta de la tabla, es claro: «es muy lindo pelear los primeros lugares, aparte la gente es muy apasionada por su club acá, Valparaíso ha tenido grandes penas pero nosotros queremos darle la alegría a la gente para que se siga levantando«.
De sus inicios y algo más
Su infancia fue en la comuna de San Ramón, en Santiago, donde vivía con sus padres y sus dos hermanos mayores. A pesar de que en el fútbol no tiene ningún apodo más aparte del conocido «Tambu», en casa lo siguen llamando «Pelón», un seudónimo que nace gracias a un familiar por su parecido con los muñecos del mismo nombre.
Comienza dando sus primeros pasos en el fútbol en los campeonatos de barrio, hasta que un primo le presenta la idea de ir a probarse a Palestino y es ahí cuando inicia su carrera, aproximadamente a los nueve años.
De ahí en adelante, el joven jugador ha ido quemando etapas. El 2008 tiene su primer contrato por los paisanos y en 2010, por iniciativa propia, se va a préstamo a San Antonio, mientras que al año siguiente prueba suerte en Municipal La Pintana. El volante recién pudo debutar el 2012 con el uruguayo Daniel Carreño, donde juega algunos partidos bajo su tutela y luego llega Emiliano Astorga, quien le da la confianza para jugar todo el torneo.
«Yo me inicié de central, después Ricardo Toro me llevó de lateral derecho y fui subiendo en los puestos como contención. Me gusta ir al ataque a veces, pero mi puesto es contención, estar más centralizado (…) me defino como un jugador aguerrido, que entrega, lucha y en eso me gusta destacar», nos cuenta el joven jugador que actualmente reside en Reñaca junto a su esposa y sus dos hijas.
En toda esta ecuación que permite a Tamburrini ser un futbolista, un ingrediente central será su padre quien, pese a jugar en el barrio, nunca tuvo la oportunidad de ser profesional por la falta de apoyo, no permitiendo que le ocurriera lo mismo a su hijo. «Él es quién me ha dado apoyo para ser un profesional, se lo debo todo. En el barrio y en cadetes estuvo todos los fines de semana apoyándome, todo lo que tengo se lo debo a mi papá», sentencia el caturro.
Debut, expulsión y el gran gol
Su primer partido por los verdes es contra la UC en San Carlos, nos cuenta que lo enfrentó con nervios y muchas ganas de hacerlo bien, queriendo demostrar por qué Astorga lo trajo, pero a la semana siguiente vendría la primera expulsión de su carrera profesional ante Audax Italiano en Playa Ancha. «Fue una jugada que los de Audax pedían que la botáramos y no lo hicimos, con Pablo López intercambiamos palabras, nos encaramos y nos pegamos un cabezazo, así es como el árbitro me muestra roja directa solo a mí (…) después de eso quedé muy bajoneado porque había llegado recién, mis compañeros me ayudaron a subir el ánimo».
Luchó hasta volver a tener la oportunidad, no sin antes haber tenido una conversación personal con Astorga para que la situación no volviera a repetirse, pero lamentablemente volvió a ocurrir ya que ante San Marcos de Arica sería expulsado por una jugada de fuerza desmedida, pese a que él no considera que era para expulsión. La hinchada, por su parte, no lo criticaría tanto como la vez anterior, fundamentalmente porque, previo a ésto, Tamburrini demostró que los colores caturros había que defenderlos a muerte.
Un momento inolvidable para el joven volante de contención sería en el que le marca en el último minuto un gol a Unión Española.
Cuando le hablamos de la ciudad puerto nos comenta que ha logrado empaparse con la pasión que se vive el fútbol acá, «me ha tocado convivir con la gente de Valparaíso y me ha hecho saber lo que es y lo que significa para ellos Wanderers. El porteño es muy luchador, aguerrido y esforzado. Con el gol que le hice a Unión la gente me ha conocido más y ha borrado esa mala imagen de la expulsión (…) espero seguir demostrando lo que puedo rendir en la cancha y seguir vistiendo esta linda camiseta» cierra.
Desde su llegada a Santiago Wanderers le ha parecido un club maravilloso, si fuera por Pablo se quedaría mucho tiempo más, «espero llegar a un acuerdo para seguir acá y tener algún logro con el club». Cuando se le pregunta respecto a sus objetivos, él no transa: «el objetivo de este Wanderers es salir Campeón, creo que hay un grupo excelente de jugadores y cuerpo técnico que merece la copa y darle una alegría a toda esta gente».
Santiago Wanderers ha dejado su marca en la carrera de Pablo Tamburrini, esta institución Decana encanta a la hinchada y a sus jugadores, es así como el joven jugador caturro espera seguir dejando una marca en los verdes y también llenando de orgullo a su familia. «Es por mi esposa y mis dos hijas por las que lucho día a día para darles una gran alegría» sentencia.
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